Cuentitos y musiquita. Who cares?

No se pierden nada

Tuesday, November 19, 2013

Estadísticas

Ayer lunes 18 de noviembre de 2013 fue presentado el "Informe sobre Homicidios Dolosos" correspondiente a 2012 para la CABA, el Conurbano bonaerense y La Plata. El informe fue presentado por Eugenio Zaffaroni, ministro de la CSJN. Un buen resumen del documento y enlaces al informe completo encontrarás aqui. La presentación al principio es un rollo, pero teniendo en cuenta la naturaleza del laburo que implica, era justo que Zaffaroni reconociera a los que trabajaron en esto. Aquí encontrarás la presentación, que podés adelantar hasta el minuto 12, que es cuando empieza lo que nos interesa.

Vivo en una provincia chiquita, muy lejos de la Capital. En rigor de verdad, la primera idea que se me viene a la cabeza cuando veo estas cosas es "Y a mí qué carajo me importa". Pasa que día sí, día también, los que vivimos en esta especie de limbo que llamamos (nosotros también) "El Interior" -un lugar donde se cae un helicóptero con una senadora de la Nación, un diputado y un gobernador y a nadie le calienta un puto carajo- nos vemos bombardeados por una sensación de mierda emanada desde ese otro limbo llamado "medios nacionales", de tal suerte que sufrimos de angustia por miedo a los punguistas de Florida y Suipacha (tengo derecho a tomarme libertades geográficas, qué tanto), nos indignamos por la rotura de un caño que corta el tráfico de una importante arteria de Cabashito, nos solidarizamos con una marcha de vecinos de Aveshaneda contra la Inseguridad, y nos hacemos problema por lo caro que anda el boleto del subte, si es que tal boleto existe. Aquí la tarjeta SUBE no existe, no hay, no nada ¿Me explico?

Porque una cosa es que vos, que vivís allá, andes asustado porque los diarios y la tele chorrean sangre y otra cosa muy distinta es que yo trate de convencer a mi vieja (ya casi lo he conseguido) de que todo eso, además de ser propaganda de pésima calidad y pésimo gusto, queda en la loma del reverendo orto respecto del Barrio CGT Chimbas, donde habita la veneranda mujer.

Pero adoro las estadísticas, que nos dan de comer a mí y a mi familia. Y detesto las generalizaciones sin ton ni son. Me encanta la simpleza de hachazo que tienen los números bien presentados, me encanta desentrañar el significado de esos mapitas de colores y descubrir las trampas de los que intentan presentar un caso, diez casos, cien casos, mil casos particulares como la generalidad. "Esto no existe. Esto es así. Esto no es así. Esto no da para más. Adónde vamuair a parar." Trampas de la propaganda, de un signo o del otro. Me molesta el malestar de una viejita de acuosos ojitos claros, porteña, de clase medio burguesa y de familia de odontólogos, que se siente insegura porque la viven jodiendo generalizando lo particular.

Si bien lo más bonito y representativo son los mapas que se presentan en el informe, los números hablan de una media de 5 homicidios dolosos cada 100.000 habitantes en la CABA. La mayor parte de los asesinos son varones. Los menores de 16 años que matan rondan el 1%. La mayoría de la gente se mata entre clases socioculturales similares. Sólo el 17% de los asesinos son extranjeros. No hay ni un solo asesino boliviano. El 41% de los asesinos mata a gente con la que tiene alguna relación. La cantidad de estos hechos disminuyó levemente entre 2010 y 2012. Cosas así.

Lo más probable es que te mate alguien que conocés, mayor de edad, hombre, durante un fin de semana, con arma de fuego, en circunstancias de una riña, en el Sur de la CABA. O sea que si estás en San Juan, el estudio te chupa un huevo, ponéle. Pero estos son números de un estudio serio, cuidadoso, sobre una población inmensa (lo cual sugiere cierta representatividad si no se tienen en cuenta particularidades sociológicas importantes), y hecho por gente que sabe. No es un caso puntual, porque un caso puntual, aunque seas la víctima (y me duele en el alma que seas la víctima) no constituye base para una estadística. Y por ende no constituye base para una tendencia y por tanto no constituye base para tener miedo, ni para no tenerlo. Porque sobre el determinismo de los números se superpone la incertidumbre y esa mina raja para cualquier lado sin avisar, incluso para el tuyo, que te chorearon el celular, te asaltaron, te entraron en la casa y te dejaron con el smarTV a medio pagar, o te tocaron el upite en el subte. Desde lo más profundo de mi alma te digo: Qué va'cer. Es una cagada, pero no se puede generalizar.

Es muy lindo lo que dice Zaffaroni sobre el final, cuando resume el valor de la estadística y habla sobre la dinámica del delito, lo inasible del concepto de delito, la imposibilidad de medir el delito como algo abstracto, sobre la necesidad de conocer el fenómeno para poder prevenirlo. Que la violencia homicida no se limita a estos números. Hablamos de homicidio doloso porque en este caso hay un muerto que está ahí. También habla del suicidio como forma de agresión. Y de la agresión que significa no tratar una enfermedad. Fascina e invita a pensar, qué querés que te diga.

Estos estudios sirven para legislar y para adoptar políticas, para ver dónde y cómo se debería, quizás, actuar y cuáles son las causas probables de este tipo de delito, y cómo se podría prevenir mejor. No nos va a arreglar la vida ni va a evitar que esta madrugada un chabón te pegue un tiro. La sangre de una nena muerta en un baldío sirve para horrorizarte e indignarte, para llenar páginas y minutos de aire. Significa mucho dolor y es una reverenda desgracia. Son amores distintos. Yo le pido este razonamiento a mi vieja, y voy poco a poco ganando la partida. Al menos se ríe un poco de mi humor negro.

Pero mi vieja, a Dios gracias, también es un caso particular.

Abrazos.

No comments:

Post a Comment