Ahí está, hijos de mil putas. ¿Lo querés? Lo tenés.
Me voy a tomar, por ese precio, la libertad de mandarlos a todos a la reputísima madre que los remil parió.
Váyanse a la mierda, Socialistas, Horrendos Cineastas, Conchudos Intachables: métanse la matriz productiva en su intachable culo y háganse un fracking a ver si se enteran de qué se trata. Y ya puestos, váyase a la concha de su madre toda la puta izquierda del trotskista, marxista, leninista, castrista, stalinista, illyakuriakista: golpista, pajera, imbécil, burguesa, adolscente y desestabilizadora del orto, incapaz de ganar una puta elección decente y llorando por la novia perdida. Andáte a la reputísima madre que te remil parió, Obrero, que hablás del colapso y del espacio de debate. Debatíme ésta, la concha de tu madre. Basura golpista, sorete de mierda, alternativa del orto ¿Para quién laburás, hijo de una gran puta? ¿Me querés hacer creer que no sé para quién jugás, hijo de puta, después de tantos años de política? ¿Te creés que soy pelotudo, la concha de tu puta madre? ¿Te creés que mis viejos me hicieron militante a los seis años para que no distintinguiera entre un buen discurso y una payasada como la tuya, sorete de cuarta? Váyanse a la reputa madre que los parió, concha de su madre, que laburan para sí mismos y para cuatro pelotudos. Prefiero a un milico antes que a ustedes, hijos de puta, porque al menos sé que me quieren clavar y por dónde.
Váyanse a la mierda todos los aspirantes a ricos y los aspirante a pobres. Burgués culto de mierda, para quien "Peronista" es un insulto y que te acordás por feisbuc de cuándo se murió Perón. Fumámela, sorete, burgués renegado. Sos la peor de las mierdas, porque jamás de los jamases vas a saber qué es ser descastado, despreciado, negro, cabeza, peronista, no porque no puedas sino porque sos un egocéntrico de mierda. Mierda y palos para vos, basura: disfrutá de tu devaluación, sorete hijo de puta pagado de vos mismo y vestido de feria americana. Váyanse a la puta concha de su puta madre, falsos de mierda que lloran por no poder comprar cien dólares, mil dólares, diez mil dólares o cien mil dólares para irse de vacaciones a Miami, para presumir de iPhone o para comprar un departamento en Villa Cajeta. Gente de mierda para quienes el banana daikiri es sinónimo de glamour, y que son la fuerza de choque de los que con tres millones y medio tuercen el destino del país. Que les aproveche, y ojalá que revienten y que pueda verlos reventar.
Váyanse a la reputísima madre que los parió todos los ágrafos del orto que aportan a Greenpeace cinco dólares de la tarjeta de crédito para protegerme los glaciares, atacar plataformas petroleras en rusia y luchar contra los transgénicos. Hijos de una gran puta a quienes no les chispean las neuronas para darse cuenta de que ese tipo de militancia ambientalista es solo importante para poner palos en la rueda el desarrollo del tercer mundo, mientras que en el Norte queman combustibles fósiles como si fueran fuegos artificiales el cuatro de julio y se cagan en el protocolo de Kyoto. Ojalá se pudran en una prisión siberiana por imbéciles y por hijos de puta. Y principalmente los soretes que se hacen los sabedores y que hablan de lo que no saben. Sos CEO de una multinacional y dirigís un negocio, la reputísima madre que te remil parió. Al menos tené la dignidad de reconocerlo, la concha de tu madre.
Que se vayan a la puta madre que los remil parió todos los sojeros, todos los mercaderes, todos los financistas, todos los criadores de vacas, los tamberos, los viñateros, los bodegueros, los aceiteros, manga de obesos de mierda cuya fealdad refleja la de sus almas, retratos de Dorian Gray vivientes, ojalá se pudran. Háganse una enema con las 4x4, métanse los tractores en el recto y empújenlos con los conchudos golpistas de Grondona y Biolcatti. Hijos de puta avaros de mierda, ojalá se les ponga verde dólar el minúsculo pene de tanto no darle uso más que con gatos caros, igual de bulímicos que sus conchudas mujeres, vulgares prostitutas lo mismo que ustedes.
Que se vayan a la concha de su madre los sindicalistas golpistas, los periodistas que quieren tomarme por pelotudo poniendo cara de que saben cosas que yo ignoro, váyanse a la puta madre que los reparió mis amigos que festejan como un triunfo propio el triunfo de una medida que satisface los intereses de cuatro gordos a quienes les deseo un buen cáncer en las pelotas.
Váyanse a la puta madre que los parió todos los tibios con los que alguna vez supe contar, que se les entibien las gónadas así pueden usarlas en sus actividades masturbatorias. Váyanse a la reputísima madre que los parió, porque tienen donde caerse muertos, hijos de puta, y no tienen ni un cachito de solidaridad ni de dignidad ni de memoria, y jamás juegan el partido que deben jugar de tanto pajearse frente al espejo. Dejen de mentarme a Keynes cuando se quieren solo a ustedes mismos. Váyanse a la mierda y revuélquense allá: No quiero su compañía, prefiero quedarme al costado del camino y tener la esperanza de verlos pasar vomitando sus hígados.
Y váyase a la mierda todo este mundo, que debería haber volado en mil pedazos en 1946, y debería haber quedado al mando de cuatro cucarachas, que son mucho mejor gente que todos los puteados acá y todos los que no puteo porque me dan incluso más asco.
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