¿Qué es, de qué se trata, de dónde viene ese rayo de luz que hace que quieras cerrar cerrar los ojos?
Todo tan rápido, todo tan difícil de contestar sin el automático de la cerradura que a Dios Gracias, mademoiselle. Menos mis amigos, menos vos. Hubiera votado a Capriles.
¿Dónde está la usura lisa y llana, dónde el carisma de la cara, dónde la voz y dónde el eco? ¿Qué precede y qué antecede y qué se sigue cuando nada, cuando siempre siempre el borde, cuando te he querido asir y ya no estabas, cuando me he querido ir y me he quedado, cuando supe que debía y no he podido, cuando supe que no pero si acaso, cuando actuamos lo del llanto y de la llave?
Hubiera votado a Capriles.
¿Qué te asombra de estos podridos argumentos? ¿Qué te enoja si es lo mismo que era entonces y lo mismo que es mañana porque ya se sabe, ya se sabe? ¿Qué sentido pernoctar en el suburbio si es lo mismo que te acuestes en la sábana maldita o en la otra o en la otra? ¿Qué terror, qué diligencia, qué llamada, qué caricia y de qué mano? ¿Qué burdel el de tu cama?
Hubiera votado a Capriles.
¿Qué grito vas a gritar ahora y qué lágrima vas a llorar y por qué muerte? ¿Qué es distinto de aquella primavera? ¿Qué sinónimo no hay, qué imagen no se muestra, qué mártir no es mentira, qué ruido no es valioso y por cuánto tiempo es o no es bueno lo que es bueno y qué persiste? ¿Qué esperás, qué pretendías, qué esperaba, qué pedía? ¿Qué teclado y qué pantalla? ¿Qué piernas por las mañanas y a qué aliento de sangre coagulada?
Hubiera votado a Capriles.
No comments:
Post a Comment