Un matón, un bravucón, una persona que abusa de alguien débil, es, en inglés, bully. Si se lo busca en ese anacronismo que es el diccionario, se verá que tiene más acepciones positivas que otra cosa. Pero he aquí que se ha puesto de moda para definir a la agresión organizada contra una persona débil. Débil por algo, débil por alguna cosa. Cuidado: en Norteamérica los chicos agarran un arma de fuego y cagan a tiros a diez o veinte o treinta personas, y eso no es bullying. Bullying es la típica bravuconada del que abusa del más chico, del más débil. En un punto es algo que siempre existió y que tiene un camino de justicia: si te das cuenta de que al precio de un par de dientes podés pegarle un rodillazo en la entrepierna al hijo de puta que te maltrata, estás salvado. Te lo juro que estás salvado de ése y, por el mismo precio, de todos los que se vengan. El resto es abuso, crueldad, maltrato, abandono, cobardía.
No he escuchado una sola voz pidiendo la imputabilidad de los menores que se organizaron hace unos días en San Juan para vejar a una criatura. Sí he escuchado voces pidiendo la imputabilidad de menores que roban carteras y celulares y cosas así. No para los que catalizaron su odio por la red social de redes sociales. Sí he escuchado "peros" atenuantes. Atenuantes. Como si se pudiera.
Nenes: ojalá engorden, crezcan y tengan chicos. Y ojalá que esos chicos sean distintos. Ojalá que sean distintos y distintos de ustedes. Ojalá que por distintos sean mejores, aunque bien pensado, otro remedio no queda. Ojalá viva para ver cómo sus padres tienen que vender hasta la rueda de auxilio de la Hilux para pagar parte del daño. Y anatema, anatema , anatema sobre vuestro vientre y sobre vuestra simiente, hijos de seis dedos, hijos con cola de chancho, hijos con ojos de dos colores diferentes, así se les mean y cagan congéneres encima y nos vemos todos en el Infierno, por mierdas, por basuras, por soretes, por hijos y nietos de soretes hijos de mil putas. Pero sobre todo, ojalá que vuestros padres tengan que vender la casa del barrio privado, la camioneta y la finca de mierda para pagar la tremenda cagada que se mandaron, y ojalá que a las chicas les toque un marido bodeguero alcohólico gordo y golpeador, y que los chicos les toque una mujer inútil, bulímica y golpeadora, y que la infelicidad sea vuestro sino, ya que no es vuestro sino el entender el significado de la palabra sino, ni de la palabra anatema, ni de la palabra simiente ni de la palabra Hilux.